Thursday, October 26, 2006

MI LUCHA

Mi lucha
en alemán Mein Kampf) es un libro escrito por Adolf Hitler, combinando elementos autobiográficos con una exposición de ideas de corte racista y fascista propias de la ideología política del nacionalsocialismo.
El primer volumen, denominado Eine Abrechnung (Una estimación), un recuento autobiográfico, fue publicado el 28 de julio de 1925; el segundo volumen Die nationalsozialistische Bewegung (El movimiento Nacional Socialista), en el que expone los antecedentes, la filosofía y los objetivos del movimiento nazi, fue publicado en 1926. El título original que eligió Hitler fue Cuatro años y medio de lucha contra la mentira, la estupidez y la cobardía. Su editor nazi, Max Amann, decidió que este título era demasiado complicado y lo acortó a Mein Kampf (simplemente Mi Lucha).
Hitler dictó su libro durante su encarcelamiento en la fortaleza de Landsberg am Lech, tras haber sido implicado en un intento de golpe de estado (el famoso Putsch de 1923), a Emil Maurice, y tras julio de 1924 a Rudolf Hess, quien después, con la ayuda de gente diversa lo editó. Se ha dicho que el libro es repetitivo y duro de leer y en parte y como resultado se editó en una gama de varias ediciones durante los siguientes veinte años.

PICASSO Y LA GUERNICA

Picasso: Guernica 1937. 350 x 782 cm. Oleo sobre lienzo. Museo nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid. .
En 1937, la situación política internacional se encontraba en un momento de ruptura. Ante el rearme alemán y la expansión italiana en Etiopía, las democracias burguesas europeas asistían inertes a la tragedia española con la farsa de la no intervención.
En este contexto, se abría en París una Exposición Internacional dedicada, como siempre, al trabajo, el progreso y la paz. El pabellón de la República española, construido por Sert, albergaría un mural enorme que se encargó a Picasso, en el que podría expresar sus sentimientos respecto la guerra de España.
Pero el 26 de abril de 1937, 43 bombarderos y cazas alemanes de la Legión Cóndor, destruyeron la ciudad vasca de Guernica, capital histórica del país Vasco y símbolo de sus fueros. Bombardeada e incendiada, los aviones arrasaron con sus ametralladoras a la gente que, aterrorizada, huía de la ciudad. Picasso decidió que su obra sería la respuesta a la atrocidad de aquel genocidio; por ello, el cuadro de Guernica es un acto político, un ataque explícito al militarismo y una denuncia a la indiferencia de la democracia burguesa. Gracias a las fotografías que realizó Dora Maar, siete del conjunto y otra de un fragmento, podemos seguir los cambios drásticos que Picasso irá introduciendo, desde la primera, dramática y epopéyica, grandilocuente y retórica, hasta la supresión del brazo cuyo puño apretaba un haz de espigas o el cambio en la cabeza del caballo dispuesta primero hacia abajo.
No describe ni representa un hecho, no pretende denunciar un asesinato y suscitar indignación y piedad: quiere mostrar la tragedia en la conciencia del mundo civilizado y obligarle a juzgar y decidir.
Y lo hace utilizando el esqueleto compositivo del cuadro histórico-clásico: la composición está distribuida a la manera de un tríptico, que preside el ojo de la noche con su pupila convertida en bombilla eléctrica, situado sobre el vértice de los 4 triángulos compositivos del cuadro.
La estructura podría ser la de un Rafael o un Poussin, puesto que hay simetría (como nos muestra el eje medio de la pared blanca, así como los pilares verticales del toro de la izquierda y la figura con los brazos levantados de la derecha); perspectiva (como se observa en las figuras de los caídos del primer término, o en los planos del fondo, o en el biselado de la ventana); gradación de valores (como manifiesta la alternancia de los planos blancos, negros y grises), y ritmo creciente, des del acento oratorio del caído que aprieta la espada hasta el grito del caballo.
Pero al orden clásico le superpone una descomposición cubista. La desintegración del lenguaje tradicional de la pintura refuerza su visión fragmentada, violenta y destructora. En la versión definitiva vemos, sobre el empedrado de una calle desolada, y a la luz de un bombilla que las bombas han respetado, una escena terrible. Un ser humano troceado, con los ojos abiertos, el gesto de gritar y la mano crispada de indignación, que coge con el puño del otro brazo seccionado una espada rota, de donde nace una flor. Un caballo con el vientre atravesado por una lanza, víctima inocente o verdugo del pueblo. Un toro impasible que nos observa, removiendo la cola, encima de una mujer que llora la muerte de su hijo. Todos gritan de odio, incluso los animales. Está la mujer desesperada que sale por la ventana iluminándose con un quinqué; la mujer que casi se arrastra, huyendo, mirando el cielo de los aviones asesinos; o la mujer que clama al cielo con los brazos levantados ante la casa en llamas.
Mediante metamorfosis, Picasso convierte a cada figura en un símbolo. No hay un solo personaje que en sentido estricto pueda considerarse representación del hombre real, ya que lo que yace en el suelo es una estatua de varón: el símbolo del ideal agredido y destruido.
Pro, si falta la realidad del hombre, se multiplica, en cambio, por cuatro la mujer, en cuatro símbolos distintos: el de la agresión psíquica (la madre traspasada de dolor por el niño asesinado), el de la agresión física (la mujer que levita en llamas), la del eros y la fecundidad agredidos (la grávida mujer que, rodilla en tierra, su sexo a la vista y los pechos desnudos, mira a lo alto), el de la feminidad liberadora (la mujer que empuña el símbolo de la luz doméstica que contrapone a la luz tecnológica y al caballo).
Las casas en llamas arden en un interior que hasta tiene una mesa, símbolo de la agresión a la intimidad.
La lámpara eléctrica, símbolo de la tecnología moderna, hija de la misma ciencia que ha construido los aviones y las bombas.
El toro de la izquierda de la composición es una doble realidad, simbólica y metafórica: el toro ibérico, gran tótem de España, y el propio artista que así gustaba autorretratarse. Tiene su vista puesta en el espectador.
El caballo puede ser la imagen de la España fascista, que pisa al guerrero, o un símbolo de dolor y agonía, víctima pasiva de las corridas de toros.
Todas las interpretaciones pueden ser factibles, ya que Picasso quiere expresar la disgregación del mundo víctima de los horrores de la guerra, y por ello se sirve de ambivalencias. Así, al lado de la cabeza del caído, hay una herradura signo de suerte, y por encima de la espada crece una flor.
Las caras obedecen al estilo cubista, que solapa las distinciones entre perfiles y frontales y permite al artista reagrupar los rasgos a su antojo. La angustia reflejada en el rostro de la mujer que sostiene al niño muerto resulta especialmente conmovedora quizá por el contraste de estilo entre la cara de la madre y la representación más convencional de la criatura. Esta figura, que compone una suerte de piedad, y las mujeres que contemplan el caballo herido con miedo y lástima apuntan ciertas similitudes con la iconografía tradicional de la crucifixión y el descendimiento.
La figura de la derecha alza los brazos como si quisiera impedir la caída de las bombas. Su postura recuerda a la del personaje central de Los fusilamientos del 3 de mayo de Goya. Toda la obra es un gran grito suspendido: desde el relincho del caballo, al alarido de la mujer que mira al cielo, pasando por el bramido feroz del toro, el terrible gemido de la madre... En medio de este atroz estruendo, el silencio de la flor que brota junto a la espada del guerrero invita a la esperanza.
En el suelo, en primer término, aparece la cabeza cortada de un soldado; se trata de la única figura masculina del cuadro que podría representar a un miliciano de la República. La austeridad cromática conviene al tema del cuadro. La primera imagen que Picasso recibió del bombardeo de Guernica le llegó por los periódicos franceses, lo cual propicia la teoría de que fue la interiorización del horror lo que hizo que Picasso reflejara la tragedia en negros entintados y un blanco sepulcral.
La pintura está dispuesta a modo de friso de templo griego y su estructura compositiva sigue el típico encuadramiento triangular. Una poderosa diagonal, que empuja la mirada del espectador de derecha a izquierda, organiza la tensión del grupo de figuras.
Del bombardeo de la villa de Guernica no le ha quedado a este cuadro más que el título. El hecho bélico del genocidio fue sólo el punto de partida para pintar algo intelectualmente transcendental. No hay indicaciones de tiempo ni de lugar; por ello está fuera de la historia. Lo que en el cuadro acontece le sucede a toda la humanidad, y prefigura lo que sucederá en Berlín, Londres, Hiroshima y Nagasaki... La historia ya no es catarsis, es terror.

RUSIAY STALIN

Rusia


¹Otras numerosas lenguas también tienen un estatus oficial en algunas de las subdivisiones de Rusia.²RUR está obsoleto.³.su (dominio correspondiente a la antigua Unión Soviética) es también reservado por la Federación Rusa.
La Federación Rusa o Rusia, es el país más extenso del mundo, extendiéndose entre Europa y Asia. Su costa se extiende del Océano Ártico al Océano Pacífico del Norte, y tiene además costa en mares interiores como el Mar Báltico, Mar Negro y Mar Caspio.
Rusia limita con los países siguientes (empezando por la parte noroccidental y siguiendo el sentido contrario a las manecillas del reloj): Noruega, Finlandia, Estonia, Letonia, Bielorrusia, Lituania, Polonia, Ucrania, Georgia, Azerbaiyán, Kazajstán, China, Mongolia y Corea del Norte.
Como sucesor principal de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Rusia sigue siendo un país influyente, en particular en la Comunida
STLIN

Nacido en el seno de una pobre familia georgiana, su infancia la vivió en un ambiente de miseria, suciedad y analfabetismo, en medio de frecuentes palizas de su alcoholizado padre. Su madre, sirvienta, aportaba escasos recursos económicos con la esperanza de que el joven Iósiv pudiera ingresar en el seminario y ser sacerdote, una de las escasas salidas a la pobreza. Así sucedió cuando cumplió los catorce años, gracias a una beca, ingresando en el Seminario de Tbilisi, donde llevará una vida austera y dedicada al estudio. Sin embargo, poco antes de cumplir los veinte años será expulsado del seminario, pues ya constan sus actividades en el seno de un grupo socialista. Previamente a la Revolución Rusa, en la que tomará parte de manera muy activa, recorre Rusia de manera clandestina organizando actos en contra del régimen del zar Nicolás II. Ello le obliga a moverse en la clandestinidad, ocultándose bajo distintas identidades, hasta que es apresado y deportado a Siberia. Tras huir de su destierro, se reincorpora a las filas revolucionarias, distribuyendo panfletos y organizando huelgas en contra del poder establecido. Poco más tarde es elevado a la dirección del periódico del partido, Pravda, desde donde continúa con sus actividades de dirección de los bolcheviques, preparando la llegada de Lenin a Petrogrado. Reconocido entre las filas comunistas, en 1922 logra ser nombrado Secretario General del Partido, cargo que aprovecha para manejar los hilos del poder y colocar a seguidores suyos a lo largo de todo el territorio ruso y al frente de los diversos grupos que lo integran. De esta manera se asegura los apoyos suficientes para suceder a Lenin cuando éste abandone la política activa, lo que ocurrirá en 1924. Sus ansias de poder le llevan a ocultar la existencia de un documento redactado por el propio Lenin en el que solicita que Stalin, al que tiene por hombre ambicioso y sin escrúpulos, sea apartado del poder y no pueda postularse como su sucesor. Conseguido el poder, el siguiente paso de Stalin fue realizar una purga entre aquellos dirigentes que pudieran hacerle sombra o discutir sus decisiones. Su mayor víctima fue Trotski, dirigente histórico y creador del Ejército Rojo, a quien obligó a exiliarse en México y quien más tarde resultaría asesinado, por ser una pieza "incómoda" para el gobierno de Stalin. Como máximo dirigente de la Unión Soviética, desarrolló la teoría del "socialismo en un solo país", identificando al comunismo con la URSS, y dictó el primer Plan Quinquenal, para impulsar la industrialización, con la finalidad de aumentar la productividad y convertir a Rusia, país eminentemente agrícola, en una potencia industrial y autosuficiente. Al mismo tiempo, impuso por la fuerza la colectivización del campo, desarrollando una política de terror entre los campesinos que incluyó deportaciones masivas, traslado de pueblos y ejecuciones. En respuesta, muchos campesinas quemaron sus cosechas para evitar la incautación del Estado, pero la política del gobierno acabó imponiéndose. La industrialización a ultranza, provocada por el deseo de Stalin de sacar a Rusia de un atraso económico de varias décadas con respecto a las grandes potencias occidentales, y de paso demostrar la validez de las teorías comunistas, supuso la construcción en la década de los 30 de un sinnúmero de grandes fábricas, altos hornos y refinerías de petróleo. El objetivo era incrementar año tras año la producción, no sólo cumpliendo sino aun superando los Planes Quinquenales fijados desde el gobierno. La productividad se premiaba y fomentaba desde los cargos que dirigían las fábricas, dando lugar a un modo de producción denominado "stajanovismo", pues un obrero, Stajanov, consiguió en un solo día batir todos los records de producción. También el Estado vigilaba los índices de producción, llegando a encarcelar a los responsables de las fábricas si no se cumplían los objetivos previstos. El resultado de todo ello fue una invasión permanente del Estado de todos los rincones de la sociedad rusa, creando un clima de vigilancia constante, en aras del triunfo de la Revolución y el incremento de la productividad. La situación se agravó aun más con el asesinato de Kirov, secretario general del partido, en 1943, que dio lugar a una de las mayores y más sangrientas purgas del siglo XX. En política exterior, temeroso de las ansias expansivas de Hitler por el este europeo, Stalin firmó con el dictador alemán un tratado de paz que implicaba dejar las manos libre a Hitler para iniciar su expansión, siempre y cuando no entrase en suelo soviético. El tratado, considerado ominoso por el resto de potencias europeas, es uno de los capítulos más controvertidos de la historia de la URSS, más aun cuando, tras la invasión de Polonia por Alemania y la subsiguiente declaración de guerra de Francia y Gran Bretaña, la Unión Soviética permaneció inalterable. La invasión de Rusia iniciada por Hitler en 1940 fue probablemente su mayor error táctico, pues significó la entrada en guerra de la URSS al lado de una Francia derrotada y una Inglaterra en muy mala situación. Además, el sagaz Stalin llevaba ya dos años preparando la posible invasión alemana, incrementando hasta el límite la fabricación de armamento y la preparación del Ejército Rojo. Las consignas dadas desde la dirección del Estado, en forma de resistir al enemigo a cualquier precio, la política de tierra quemada propugnada por Stalin y la capacidad de aguante del pueblo ruso, todo ello, provocó que el avance alemán fuera lento y penoso, más aun comparándolo con los éxitos cosechados por la Blitzkrieg en los primeros momentos de la guerra. Kiev retardó el avance nazi seis semanas; Odessa lo hizo en ocho y Moscu rechazó en dos ocasiones la toma alemana. El tiempo, en la forma de "general Invierno", como había sucedido en la época de Napoleón, se aliaba con Rusia. El contraataque soviético, a costa de millones de muertos, no se hizo esperar, desafiando a los hasta entonces ejércitos nazis. Hitler, por su parte, envió a lo más granado de sus tropas y armamento, perfilando un encuentro que sería decisivo en el curso de la Guerra: Stalingrado. En efecto, buscando aprovechar los yacimientos petrolíferos del Caúcaso, Hitler lanzó un poderoso ataque sobre Stalingrado, punto estratégico e importante enclave industrial, preparado por Stalin para una defensa a ultranza. Casa por casa se defendió la población, siendo destruidas las fábricas por los rusos antes de ser abandonadas al avance alemán. Las luchas se desarrollaron cruelmente hasta que el 19 de noviembre los rusos lanzaron un ataque en pinza que cercó a los alemanes y les causó miles de bajas. La rendición alemana en 1943 había dejado a 90.000 soldados vivos de un total de 300.000. La victoria de Stalingrado dio fin al avance nazi y significó una referencia más que simbólica en el curso de la Guerra. El intento de invasión de Rusia no sólo costó a Hitler un costosísimo esfuerzo, sino que le obligó a desatender el flanco occidental, donde los aliados, ahora con apoyo de Estados Unidos, comenzaban a avanzar. El desembarco de Normandía dio, ya en 1944, inicio a una carrera entre los soviéticos y los aliados anglosajones por alcanzar Berlín lo antes posible, anticipando un mundo dividido en dos bloques, comunista y capitalista, que verá la luz a la finalización del conflicto. Efectivamente, tras la rendición alemana en mayo de 1945, Stalin se había asegurado su control sobre buena parte del este de Europa, ratificado en las conferencias de Yalta y Postdam celebradas con los aliados. El "nuevo orden mundial" supone entonces un nuevo desafío para la Unión Soviética, pues parte con cierta desventaja frente al abanderado del capitalismo, los Estados Unidos, quienes ya poseen la bomba atómica, como demostraron en Hiroshima y Nagasaki. Da inicio así el período llamado "guerra fría", en el que ambas superpotencias pugnan por extender su ámbito de influencia a nivel mundial como si jugaran una partida de ajedrez en la que cada pieza fuera un país. La nivelación de ambos contendientes se produjo en 1949, cuando Stalin hizo probar la primera bomba nuclear. Desde entonces, la carrera de armamentos entre ambos contendientes no pararía hasta alcanzar cotas espectaculares, pero eso ya no será contemplado por Stalin, quien morirá en 1953.

la revolucion rusia 1917

LA REVOLUCION RUSA
La Revolución Rusa de 1917 fue un movimiento político en Rusia que culminó en 1917 con la expulsión del gobierno provisional que había reemplazado el sistema zarista, lo que llevó finalmente al establecimiento de la Unión Soviética, que duró hasta su caída en 1991.
En la Revolución pueden distinguirse dos fases:
La primera fue la llamada Revolución de Febrero de 1917, que desplazó la autocracia del zar Nicolás II de Rusia, el último de la historia, y tenía la intención de instalar en su lugar una república liberal.
La segunda fase fue la Revolución de Octubre, en la que los soviets, inspirados y controlados cada vez más por el Partido Bolchevique de Vladimir Ilich Ulianovich, mas conocido como Lenin, tomaron el poder del gobierno provisional dirigido por Alexander Kerensky. Esta segunda revolución se extendió por numerosísimos entornos, afectando tanto a las ciudades como al entorno rural. Al mismo tiempo que ocurrían muy importantes sucesos históricos en Moscú y San Petersburgo, también hubo un movimiento consolidado y extendido en el campo, a medida que los agricultores fueron tomando y redistribuyendo la tierra. Causas de la Revolución Rusa
La Revolución Rusa fue uno de los más importantes hechos ocurridos en la época contemporánea. Su impacto fue palpable tanto en América como Europa. Aunque la Revolución no hizo expandir el comunismo como un efecto inmediato, le dio a otros países convulsos del tercer mundo un ejemplo a seguir. Décadas después, el modelo filosófico/gubernamental tomaría renovada notoriedad a medida que Rusia, ahora un estado totalmente socialista, se enfrentara a los Estados Unidos en la Guerra Fría.
En cualquier caso, las dos revoluciones de 1917 se dividieron en dos grandes partes: la caída del régimen zarista (Revolución de Febrero) y la creación del primer estado comunista del mundo (Revolución de Octubre). Las causas de estas dos revoluciones abarcan las situaciones políticas, sociales y económicas de Rusia en la época. Políticamente, el pueblo ruso odiaba la dictadura del zar Nicolás II. Las bajas que los rusos sufrieron durante la I Guerra Mundial debilitaron aún más la imagen de Nicolás. Socialmente, el régimen despótico del zar había estado oprimiendo al campesinado durante siglos. Esto provocó tensiones dentro de la clase baja rural que desembocó en altercados. Económicamente, la inflación y el hambre por toda Rusia contribuyeron asimismo a la revolución.
Definitivamente, una combinación de estos tres factores, combinados con el liderazgo de Vladimir Lenin, condujeron irremisiblemente a la Revolución Rusa.

EL FIN DE LA GRAN GUEERA

Reforzados por las tropas provenientes del frente este, los alemanes ponen todas sus fuerzas en la última ofensiva del oeste, a partir de marzo de 1918, sobre el río Somme, en Flandre, en Chemin des Dames y en Champagne. Pero mal alimentadas, mal relevadas, cansadas, las tropas alemanas no pudieron resistir a los ejércitos aliados coordinados por el general Foch y reforzados por el material y los hombres americanos, los primeros tanques y la superioridad submarina y aérea: tras una revolución obrera en Berlín, el gobierno de la nueva república alemana firma el armisticio de[ Desarrollo
La guerra comenzó como un enfrentamiento entre el Imperio Austrohúngaro y Serbia, pero Rusia se unió al conflicto, pues se consideraba protectora de todos los países eslávicos. Tras la declaración de guerra austrohúngara a Rusia el 1 de agosto de 1914, el conflicto se transformó en un enfrentamiento militar a escala europea. Finalmente se incrementaron las hostilidades hasta convertirse en una guerra mundial en la que participaron 32 países, 28 de ellos denominados «Aliados», y entre los que se encontraban Francia, los Imperios Británico y Ruso, Canadá, Estados Unidos, así como Italia que habia abandonado la Triple Alianza. Este grupo se enfrentó a la coalición de las «Potencias Centrales», integrada por los Imperios Austrohúngaro, Alemán y Otomano, acompañados por Bulgaria Rethondes el 11 de noviembre de 1918.

Wednesday, October 25, 2006

EL PACTO DE VERSALLES

Los tratados de paz
Los países vencedores fueron firmando diversos tratados de paz con cada una de las naciones derrotadas. Alemania, Austria, Hungría, Bulgaria y Turquía fueron forzadas a firmar unos tratados en los que no se les había dado voz.
El Tratado de Versalles, firmado con AlemaniaMAPA 1

Cláusulasterritoriales
Francia recupera Alsacia y Lorena
Eupen y Malmedy pasan a manos de Bélgica
El pasillo polaco (Posnania y otras regiones) y el sur de la Alta Silesia se anexionan a la recién nacida Polonia. Esto significaba el aislamiento territorial del resto de Prusia Oriental.
Danzig y Memel, poblaciones germanas del Báltico, fueron declaradas ciudades libres
Dinamarca se anexiona el norte de Schleswig-Holstein.
El conjunto de las pérdidas territoriales de Alemania ascendió a 76.000 kilómetros cuadrados (13% de su territorio), donde vivían 6.5 millones de habitantes (10% de su población)
La cuenca carbonífera del Sarre pasa a ser administrada por la Sociedad de Naciones y explotada económicamente por Francia durante 15 años
Alemania pierde todas sus colonias, que son repartidas como mandatos de la Sociedad de Naciones entre el Imperio Británico y Francia. Bélgica y Japón se anexionaron territorios muy pequeños.
Cláusulasmilitares
Drástica limitación de la Armada (el grueso de la Armada de guerra fue confiscado y confinado en la base británica de Scapa Flow) y el Ejército (100.000 efectivos, no tanques, aviones, artillería pesada...)
Desmilitarización de Renania (zona occidental y franja de 50 km. al este del Rin)
Ocupación temporal de la orilla occidental del Rin. Las tropas aliadas se retirarían escalonadamente en plazos que concluirían en 1935.
Reparaciones de guerra
Como responsable de una guerra iniciada por su agresión, Alemania quedó obligada a pagar reparaciones o indemnizaciones de guerra a los vencedores.
Conferencia de Spa (1920) fija el porcentaje que recibiría cada país del total: Francia 52%, Gran Bretaña 22%, Italia 10%, Bélgica 8%
En la Conferencia de Londres (1920) se fija el monto total de las reparaciones: 140.000 millones de marcos-oro, una enorme cantidad.
Otras cláusulas
Alemania reconoce su responsabilidad por la guerra y todos los daños que trajo consigo. Fue la agresión alemana la que desencadenó el conflicto.
Prohibición de ingreso en la Sociedad de Naciones.
Prohibición del Anschluss (unión Alemania y Austria)
Establecimiento del Pacto de la Sociedad de Naciones, como un anexo al Tratado. El Tratado de Versalles es un tratado de paz firmado el 28 de junio 1919 entre los Países Aliados y Alemania en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles que pone fin oficialmente a la Primera Guerra Mundial (llamada entonces La Gran Guerra). Entró en vigor el 10 de enero de 1920.

Friday, October 13, 2006

FASCISMO

El fascismo (del italiano fascio, haz, fasces, a su vez del latín fasces, pl. de fascis) es una ideología y un movimiento político totalitario o autoritario que surge en la Europa de entreguerras (1918-1939) en oposición a la democracia liberal y al comunismo, frente a los que se presenta como una tercera vía. Exalta la idea de nación frente a la de individuo o clase; suprime la discrepancia política en beneficio de un partido único y los localismos en beneficio del centralismo. Utiliza hábilmente los nuevos medios de comunicación y el carisma de un líder en el que se concentra todo el poder. Aprovecha los sentimientos de miedo y frustración colectiva para exacerbarlos mediante la violencia, la represión y la propaganda, y los desplaza contra un enemigo común real o imaginario, interior o exterior, que actúa de chivo expiatorio frente al que volcar toda la agresividad de forma irracional, logrando la unidad y adhesión (voluntaria o por la fuerza) de la población . Es expansionista y militarista, utilizando los mecanismos movilizadores del irredentismo territorial y el imperialismo que ya habían sido experimentados por el nacionalismo del siglo XIX.
El concepto de régimen fascista puede aplicarse a los sistemas políticos autoritarios de la Europa de entreguerras y a los que se imponen por todo el continente durante la Segunda Guerra Mundial; de un modo destacado y en primer lugar a la Italia de Benito Mussolini (1922) que inaugura el modelo, seguida por la Alemania de Adolf Hitler (1933) que lo lleva a sus últimas consecuencias, y cerrando el ciclo la España de Francisco Franco (1936) que se prolonga mucho más tiempo y evoluciona fuera del periodo. El fascismo en la Alemania nazi o nacional-socialismo añade un componente racial, adoptado en un segundo momento por el fascismo italiano y el resto de movimientos fascistas o fascistizantes, para los cuales el componente religioso es mucho más importante, tanto que Trevor-Roper ha podido definir el término Fascismo clerical entre los que estaría el nacionalcatolicismo español.