Thursday, November 09, 2006

IBERO AMERICA EN LAS DICTADURAS

La diferencia de esta guerra con otras del pasado, es que todas las fuerzas armadas del globo unidas, no llegan a tener el poderío tecnológico-militar de los norteamericanos. Este año, Estados Unidos está invirtiendo en armamento cinco veces más que todos los ejércitos del orbe combinados. Todo el dinero que produce el petróleo nunca va a alcanzar para cubrir el presupuesto que se requiere para batallar contra el mundo civilizado.

La Guerra contra el Terrorismo y las Dictaduras
por José Brechner Publicado el 19/5/2005
La diferencia de esta guerra con otras del pasado, es que todas las fuerzas armadas del globo unidas, no llegan a tener el poderío tecnológico-militar de los norteamericanos. Este año, Estados Unidos está invirtiendo en armamento cinco veces más que todos los ejércitos del orbe combinados. Todo el dinero que produce el petróleo nunca va a alcanzar para cubrir el presupuesto que se requiere para batallar contra el mundo civilizado.

Acto de graduación en un kinder de Gaza patrocinado por saudíes: los niños, disfrazados de milicianos, queman una bandera israelí
Esta guerra contra el terrorismo algún día tendrá que terminar y la historia enseña que a medida que el mundo se ha ido modernizando, cada nueva guerra trajo más víctimas que la anterior. Los soldados norteamericanos de hoy son la fuerza militar de infantería, más letal y mejor entrenada, jamás conocida por la humanidad. El armamento militar estadounidense es el más perfecto, mortífero y efectivo que se haya inventado.
Nunca, existió un país tan rico económicamente ni tan poderoso militarmente. Cuando los europeos dominaron el mundo, sus estados fueron fuertes, pero ninguno gozó del poderío económico y militar simultáneamente, no por lo menos por mucho tiempo. Estados Unidos es la excepción, principalmente por ser una democracia.
Los europeos estuvieron dirigidos por reyes o dictadores. La riqueza era acumulada primero para beneficio propio, luego para financiar sus ejércitos y algo sobraba para el pueblo. Esta sigue siendo la realidad en los países árabes.
Jeques, reyes o dictadores que mantienen a su gente en la pobreza mientras ellos gozan de lujos y placeres sin parangón. ¿Qué mejor entonces que iniciar guerras y conflictos internacionales para tener a la gente ocupada y distraída peleando contra enemigos ficticios, bajo pretextos religiosos y patrióticos que a los occidentales nos importan un bledo? La guerra, no olvidemos, es un gran negocio y el usufructo del poder es siempre delicioso.
La diferencia de esta guerra con otras del pasado, es que todas las fuerzas armadas del globo unidas, no llegan a tener el poderío tecnológico-militar de los norteamericanos. Este año, Estados Unidos está invirtiendo en armamento cinco veces más que todos los ejércitos del orbe combinados. Provocar a Occidente muestra la necedad de sus enemigos. Todo el dinero que produce el petróleo nunca va a alcanzar para cubrir el presupuesto que se requiere para batallar contra el mundo civilizado.
La guerra contra el terrorismo va a terminar en guerra total, porque las teocracias islámicas, -principalmente Arabia Saudita-, adoctrinan, honran y financian directa o indirectamente a los asesinos terroristas, que no son más que un arma de combate igual que un tanque o un misil pero más barato y fácil de producir. Para acabar con el terrorismo, hay que acabar con la fuente que lo produce, no solamente con los asesinos suicidas que son solo un instrumento de batalla.

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